
Con este sistema se puede generar electricidad a partir de los gases del escape de los coches
Las emisiones contaminantes son una de las principales preocupaciones de la Unión Europea. De ahí que sea el continente con las normativas más estrictas y que los fabricantes de coches hayan sido prácticamente obligados a adoptar la electrificación. Sin embargo, todavía quedan muchos vehículos de combustión que contaminan y también desperdician bastante energía. Siguiendo ese principio se está planteando un sistema capaz de generar electricidad a partir de los gases del escape de los coches.
En cualquier motor de combustión interna que se preste se pierde mucha energía, la mayoría en forma de calor y también a través del escape. Teniendo en cuenta esto, hay un proyecto de la Universidad Estatal de Pensilvania que podría hacer más eficientes estos vehículos de forma relativamente sencilla. Montando un pequeño generador termoeléctrico (TEG) se podría convertir el calor de los gases del escape en energía eléctrica. Es algo que ya se hace en otros sectores, pero que nunca se había aplicado en el automotriz.
Este tipo de dispositivos son colocados cerca de una fuente de calor y tienen un sistema que genera una zona fría al estar refrigerada por agua. La clave es mover los electrones de la parte caliente a la fría, generando una corriente eléctrica. Lo hacen mediante materiales semiconductores como el telururo de bismuto y lo complicado es mantener una diferencia de temperatura entre los dos lados del dispositivo sin comprometer la eficiencia. Han hecho un nuevo prototipo que tiene unas protuberancias en forma de aletas perfectas para adaptarse a la forma del tubo de escape y disipar el calor.
El primer prototipo de este sistema está en funcionamiento y ha conseguido generar electricidad en bajas cantidades. En un uso normal puede generar 40 vatios, mientras que llega a 56 vatios a altas velocidades, niveles suficientes para cargar un teléfono móvil. Lo importante es la facilidad con la que se podría instalar en los vehículos actuales sin necesidad de sistemas secundarios de refrigeración. También se habla de su escalabilidad, pues podría montarse en otros medios de transporte. En un helicóptero consiguió producir 146 vatios, el triple que en el coche. En motocicletas también sería interesante debido a que escapes expuestos permiten una disipación de calor superior.
Fuente: American Chemical Society
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