
España se quiere centrar en chips más simples, pero igualmente necesarios para la industria
La industria automotriz es una de las más importantes a nivel nacional. Con la crisis de semiconductores que se está viviendo, España también ha querido avanzar en este aspecto y fabricar sus propios microchips para que no haya desabastecimiento en la cadena de producción. Sin embargo, algunas empresas han optado por instalarse en otros países como Alemania y Estados Unidos. La respuesta nacional ha sido centrarse en la producción de chips más simples, pero igualmente necesarios, para atraer inversores.
El plan inicial era el de hacer microchips de última generación para automóviles. Sin embargo, ante la falta de candidatos para llevarlo a cabo, parece que nos conformaremos con la producción de semiconductores de gama media, con chips de entre 10 nanómetros y 28 nanómetros. Hay una creciente demanda a nivel mundial y podría ser una oportunidad para la industria. El Gobierno está reservando ayudas por valor de 12.300 millones de euros para las empresas que vayan a realizar esta actividad en nuestro país.
Con ello, España pretende convertirse en uno de los principales productores de la Unión Europea y contribuir a que el continente pueda llegar al 20 % de la producción mundial de semiconductores para finales de década. Lo cierto es que el primer plan estratégico estaba dedicado a los chips de menos de 5 nanómetros, que son los más avanzados y cuyas instalaciones requieren una inversión mayor. Gigantes como Intel optaron por poner sus instalaciones en otros países como Alemania y algún otro grande desestimó España ante los mayores subsidios de Estados Unidos.
Fuente: Automotive News
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