
El futuro de Audi pasa por despedir a 7.500 trabajadores (y así ahorrar 1.000 millones anuales)
Los fabricantes de coches pasan por momentos de cierta incertidumbre. Con el apresurado camino hacia la electrificación se han visto obligados a tomar ha causado estragos en algunos casos y también a revisar su estrategia de cara a futuro. El de Audi pasa por despedir a 7.500 trabajadores, una de esas decisiones que a nadie le gusta tomar, pero que necesitan para poder sobrevivir de forma solvente de cara a los próximos años. Lo harán de forma paulatina y en diferentes áreas, siguiente el plan de recortes anunciado por Grupo Volkswagen.
Este anuncio viene de la negociación entre el Consejo de Administración de Audi y el comité de empresa, que buscan asegurar la continuidad de las fábricas alemanas de Ingolstadt y Neckarsulm. En su país natal es donde se eliminarán la mayoría de esos 7.500 puestos de trabajo, siempre con la vista puesta en una mayor competitividad. Lo hacen en áeas indirectas, basándose en escenarios objetivos y con plazo de ejecución hasta 2029. Hablan de un enfoque en la cartera de proyectos y en una reducción de la burocracia, habiendo prescindido ya de directrices y comités.
La firma de los cuatro aros está simplificando la estructura de gestión y recurriendo a la digitalización para reducir la carga de trabajo en áreas indirectas. Con esta gran reducción de su plantilla planean ahorrar alrededor de 1.000 millones anuales a medio plazo, una cantidad que les asegura poder sobrevivir y mejorar en algunas áreas. A los que se queden, asegurar que van a ampliar el plan de protección del empleo hasta el 31 de diciembre de 2033. Por lo tanto, después de los 7.500 despidos parece que parará la sangría.
A partir de ahí, Audi tiene prevista una inversión de 8.000 millones de euros en sus sedes principales. Sirven para preparar Ingolstadt para producir un modelo eléctrico de acceso a la gama. Se libera un poco del Audi Q3, que también se produce en la planta húngara de Gyor. Por otro lado, en la planta de Neckarsulm se apuesta por digitalización e inteligencia artificial. Allí se hace la electrónica para los vehículos de combustión, pero se está estudiando meter un modelo adicional allí. Incluso han asegurado un «fondo de futuro» de 250 millones de euros para poder llevar la electrificación allí en algún momento.
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