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LUIS BLÁZQUEZ

13 Diciembre, 2020

¿Por qué suenan los frenos del coche? ¿Se puede evitar que chirríen?

Los únicos ruidos que muchos quieren escuchar provenientes del coche son los sonidos de tus canciones favoritas en el equipo de audio. Pero, a veces, hacen algunos ruidos que no son tan atractivos como la música. El que parece surgir al usar los frenos puede ser especialmente aterrador para algunos, pues nadie quiere conducir un vehículo que no inspire confianza para detenerse. Eso invita a conocer por qué los frenos pueden chirriar, cuál es la gravedad y qué se puede hacer para evitarlo.

Cierto ruido de frenos se considera normal. Las diferentes condiciones de conducción pueden afectar, o una frenada intensa, o el polvo y la arena, o incluso humedad. Si tienes un coche más o menos nuevo y el sonido sube de intensidad es porque las pastillas de freno son semimetálicas, lo que las hace más duras, y a la vez más seguras y duraderas que el asbesto al que reemplazó. Sin embargo, el ruido puede llegar a resultar molesto. Algunas pueden ser más difíciles de obviar que otras, pero al final, esas pastillas duran más porque son más fuertes.

Si tienes un urbano, por ejemplo, un chirrido agudo se puede percibir más fácilmente en las primeras paradas del día, cuando los frenos están fríos y/o húmedos. Pero, al final, todos los frenos hacen ruido a veces, y no por ello ha de cundir el pánico. Un freno que chirríe puede detener un coche al igual que uno silencioso. En las condiciones adecuadas, el sistema puede comenzar a vibrar exactamente de la misma manera que vibra una cuerda de violín cuando es rozada por el arco, es decir, bajo unas condiciones muy concretas.

La mayoría de los ruidos de los frenos ocurren en una sola frecuencia. La velocidad del vehículo y la fuerza con que se presione el pedal izquierdo solo cambiarán el volumen del ruido, ya que el tono está controlado por la rigidez y la masa de la pastilla y el disco. El nivel de ruido que un coche puede hacer tras unos meses, generalmente, puede ser superado por un mecánico de turno que se ha levantado un tanto vago. En muchas ocasiones conviene saber de primera mano qué problemas pueden acarrear nuestros frenos.

¿Por qué motivo pueden chirriar los frenos del coche?

Antes de introducirse en la materia, conviene aclarar que existen dos tipos de mecanismos de frenado en un coche.

  • Frenos de disco, donde una pastilla presiona contra un disco de metal para detener el vehículo mediante fricción.
  • Frenos de tambor, que todavía son muchos los coches que aún los equipan en el eje trasero. Ahí, una zapata curva presiona contra un tambor hueco para detener el coche. El último chirrido aquí también se percibe por la fricción entre el metal y el material de las zapatas.

Las condiciones externas: elementos como el polvo, la arena y otros elementos de índole similar pueden entrar en los frenos y causar ruido. El clima, especialmente el frío, puede hacer que los frenos rechisten, mientras que la nieve, la lluvia o la marea alta (si aparcas cerca de la costa) pueden causar una capa superficial de óxido que desaparecerá después tocar el pedal del freno varias veces. El ruido también puede provenir de la humedad de la noche, que desaparecerá cuando los frenos la eliminen con el calor.

La masa y la tensión: las cargas pueden significan más presión sobre el suelo, haciendo que todo el conjunto de la suspensión tenga que estar sometida a un mayor esfuerzo. Una mayor masa necesita de mayor energía para detenerse, por lo que los frenos trabajan con más dureza. Eso hace que pueden chirriar a medida que el calor se acumula en el sistema y las piezas comienzan a dilatarse. La tensión en los largos recorridos cuesta abajo o muy empinados también replica la misma situación de sobrecarga en los frenos.

El material de las pastillas de freno: como mencionábamos más arriba, los coches más modernos usan unas pastillas más duras, que a su vez son mucho más seguras que las que de amianto y asbesto, altamente cancerosas. Lamentablemente, también chirrían más. Las pastillas de freno semimetálicas ahora son muy populares, y están en todos los modelos nuevos que puedas comprar actualmente en el concesionario, pero siempre existe un mercado de libre competencia donde se puede optar por unas pastillas de freno más silenciosas.

Pastillas de freno gastadas: Muchas tienen una pequeña pestaña de acero llamado indicador de desgaste, que raspará el disco cuando la pastilla alcance su límite. Este sonido indica que es hora de cambiar las pastillas por unas nuevas y más gruesas antes de que el material de fricción se desgaste por completo. No lo hagas, y estarás intentando frenar mediante el roce entre metales, dañando el disco de freno. No lo descartes como una posibilidad.

Pastillas de freno con alto contenido metálico: normalmente, estas contienen trozos de metal, pero algunas más económicas se fabrican con demasiado metal. Tienen grandes trozos que son presionados contra el disco, donde se arrastran y provocan un chirrido agudo al frenar. Dado que las pastillas de freno a veces pueden durar entre 50.000 y 70.000 kilómetros, tendrás que escuchar este sonido durante meses, una razón para gastar unos eurillos extra en unas pastillas de freno de mejor calidad. Otra razón, por supuesto, es que las distancias de frenado tampoco son las mismas.

Discos de freno con óxido: esto, generalmente, se debe a la humedad de la lluvia, el rocío o la condensación que se acumula en la superficie de los discos. Cuando la humedad los abraza, se forma una fina capa de óxido en la superficie del disco. A medida que este gira, las pastillas van raspando el óxido, el cual queda atrapado en el borde delantero de la pastilla en forma de polvo, provocando un chirrido. La única forma de evitarlo es guardar el coche en una plaza de garaje o en un ambiente donde el clima esté controlado.

Discos o pastillas de freno con distinto desgaste: si con el paso del tiempo, los discos se gastan de forma desigual, lo que solemos denominar como “deformado”, las pastillas no presionan contra la superficie de frenado al presionar el pedal, y eso puede crear vibraciones que generan ruido. Del mismo modo, una pastilla de freno desgastada desigualmente no hará fuerza contra el disco y puede chirriar. Otra posibilidad es que las pastillas de freno estén sueltas o que las calzas que las mantienen en su lugar se hayan corroído o aflojado.

Frenos de tambor que necesitan lubricación: ¿Alguna vez ha escuchado un chirrido en los frenos traseros después de presionar el pedal? Esta es una señal segura de que los puntos de contacto entre la zapata y la superficie de respaldo necesitan lubricación; si no, el metal comenzará a oxidarse. La mayoría de los coches nuevos tienen frenos de disco en las cuatro ruedas, pero aún se usan en las traseras de algunos. La mejor manera de evitar este ruido es mantener lubricados los puntos de contacto, normalmente con compuesto antiadherente.

¿Qué puedo hacer para evitar que los frenos hagan ruido?

Cuida tu forma de conducir: la solución más sencilla y fácil es lidiar con el chirrido de los frenos, especialmente si solo lo hacen en momentos puntuales. Usarlo con mucha frecuencia e ímpetu, transportar cargas pesadas o bajar cuestas pronunciados calentará los frenos y hará que suenen. Cambia a una marcha más baja en lugar de depender de los frenos al querer reducir la velocidad; las distancias de conducción más seguras ayudan a evitar el uso excesivo o los frenos de golpe; limita el peso de la carga para reducir la presión (usa un vehículo apropiado).

Usa un lubricante para frenos: al igual que podrías engrasar una puerta que hace el mismo ruido que una película de miedo, un lubricante o una grasa para los frenos del coche es una solución fácil. Se comercializan en distintos establecimientos dedicados a la limpieza y mantenimiento de un coche en una variedad de formas. El lubricante para frenos es especialmente práctico para las personas cuyo ruido de frenos proviene del óxido, del polvo o de la arena; no hace milagros de por vida, pero ayuda a reducir el estrés durante una buena temporada.

Limpia el sistema de frenos:  siempre que lo manipules, asegura que no queden restos de óxido o suciedad de la carretera en las piezas de acoplamiento. La pastilla y el pistón deben poder deslizarse hacia adentro y hacia afuera para funcionar adecuadamente, especialmente a medida que las pastillas y los discos se desgastan. Es posible que necesites un limpiador de frenos, un cepillo de alambre o una lima para pulir las áreas deslizantes. Antes de montar todo, aplica una capa delgada de grasa para frenos de alta temperatura y evita que la pastilla o el disco se manche con algo de grasa, y limpia las huellas de las manos grasosas de la superficie del disco.

Por último, si ya has agotado todas las opciones y el chirrido permanece, el último recurso es investigar si ha habido alguna publicación de defectos en el sistema de frenos de tu modelo en concreto.

Puedes utilizar un buscador como Google para hacer búsquedas preliminares sobre alguna llamada a revisión por el sistema de frenado. Si no encuentras nada en ti búsqueda por la red, no dudes en ponerte en contacto con un taller especializado (y de confianza), ya que es muy probable que dé con el fallo antes que el ruido termine por desquiciarte por completo, o de tener un accidente por un posible defecto de fábrica.

Fuente: Axleaddict

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